Ciudad Rodrigo en Maracaibo

centrode julio 8, 2013 0
Ciudad Rodrigo en Maracaibo

Publicado en: J. I. Martín Benito: (2012): “Ciudad Rodrigo de Maracaibo”. En Ciudad Rodrigo. Carnaval del Toro, 17 al 21 de febrero de 2012, pp. 359-370.

1. Introducción

La participación de los mirobrigenses en la conquista y colonización de América es un tema pendiente de la investigación histórica. Algunos de sus protagonistas nos son conocidos gracias a los cronistas, pero las referencias de naturales de Ciudad Rodrigo y su tierra que se embarcaron para el continente americano son constantes en el Archivo General de Indias.

La historiografía mirobrigense ha dedicado algunas páginas a la empresa americana. Así, Antonio Sánchez Cabañas, Nogales Delicado y Hernández Vegas se ocuparon de la figura de Diego Centeno, entre otros[1]. Por su parte, Jesús Sánchez Terán dejó escritos también algunos artículos en La Voz de Miróbriga. Del mismo modo, cabe destacar los trabajos de Feliciano Sierro Malmierca sobre la participación de los mirobrigenses en la conquista de México.[2]

En las páginas que siguen nos queremos ocupar de un hecho que ha tenido poca relevancia en la historiografía de la ciudad y que, seguramente, lo desconocen muchos. Nos referimos a una de las fundaciones de la ciudad venezolana de Maracaibo, que entre 1569 y 1573 llevó el nombre de Nueva Ciudad Rodrigo, por disposición de su fundador, Alonso Pacheco, natural de esta ciudad. [3]

Panorámica de Maracaibo (Venezuela).

2. La ciudad de Maracaibo (Venezuela)

 

Maracaibo, capital del estado Zulia, es hoy la segunda ciudad de Venezuela. Está situada en la costa occidental del Lago de Maracaibo, el más grande de América Sur. Ha sido un tradicional puerto comercial de la producción agropecuaria de su región, hasta que a partir de la segunda década del pasado siglo, el descubrimiento de petróleo, le convierte en el gran centro económico del occidente del país, al tiempo que introduce a la ciudad en los circuitos internacionales. El área metropolitana está integrada por los municipios de Maracaibo y San Francisco, alcanzando una población de 1.897.655 habitantes. Por lo que respecta al municipio de Maracaibo, este tiene una extensión de 392,80 Km.2, distribuidos en 18 parroquias y su población cuenta con 1.428.043 habitantes[4].

 

Región y Lago de Maracaibo (Venezuela).

 

La ocupación por parte de los colonizadores europeos de la región del Lago Maracaibo fue más tardía que otras ciudades venezolanas, caso de Trujillo, Mérida, Coro o Caracas, debido en parte a los enfrentamientos con la población indígena. Tres intentos de poblamiento se sucedieron: el de 1529 de alemanes y españoles comandados por Ambrosio Alfinger; el de 1569-1573 de Nueva Ciudad Rodrigo de Maracaibo, llevada a cabo por Alonso Pacheco y el de 1574 de Nueva Zamora, de Pedro Maldonado.

3. Las poblaciones indígenas del Lago de Maracaibo

Cuando los europeos llegaron al lago de Maracaibo se encontraron con poblaciones indígenas que llevaban diversos modos de vida, a las que las fuentes denominan pueblos de agua y pueblos de tierra. Los primeros vivían en palafitos, según refiere el cronista Fray Pedro Simón: “en toda ella (la laguna de Maracaibo) grandes pueblos de indios, fundados dentro del agua, por las orillas y partes más fondables, que da el agua a los pechos, donde tenían sus casas sobre grandes maderos hincados dentro del agua sirviéndose para todas sus necesidades[5]. Oviedo y Valdés indica que estos asentamientos estaban ubicados “en toda esta laguna a la redonda de estrecho de ella a dentro” y que se servían de canoas[6]. Estas poblaciones se dedicaban, principalmente a la pesca: “son señores de la laguna, y pescan con redes y anzuelos mucho género de pescado que hay en la laguna, muy excelente, y lo venden en sus mercados a los indios buredes, de la provincia Purua, a trueque de maíz, yuca y otras cosas[7].

Palafitos indígenas en el Lago de Maracaibo.

Por su parte, las poblaciones que tenían su asentamiento en tierra debían dedicarse a la explotación de las salinas, a la agricultura, caza y recolección[8].

La necesidad de controlar el lago y sus recursos, llevó a los europeos (alemanes y españoles) a concentrar sus acciones en las áreas ribereñas, lo que llevó a enfrentamientos constantes con la población indígena.[9]

4. La fundación de Ambrosio de Alfinger (1529)

En 1528 la Corona concedió la autorización para descubrir, pacificar y poblar los territorios de la provincia de Venezuela. El objetivo era encontrar una ruta a través de los ríos, que llevaría a las tierras situadas tras la cordillera andina, que se visualizaba al sur del lago de Maracaibo[10].

La concesión se entregó a la casa Welzer, corresponsal de los Fugger, los banqueros alemanes con los que Carlos V había contraído deudas por diversos préstamos. Por las capitulaciones, los alemanes se comprometieron a fundar algunas ciudades y establecer factorías en el territorio comprendido entre Coro y Maracapana[11]. La capitulación contemplaba la fundación de un campamento militar, integrado por dos pueblos, tres fortalezas y trescientos hombres (alemanes y españoles), que funcionaría como plataforma logística para las incursiones en el territorio. Como contraprestación, los pobladores recibirían entre otras autorizaciones, poder político, participación en las riquezas, propiedades de tierra, exenciones aduaneras y el derecho de explotar minas de sal y de esclavizar a los indios rebeldes.

Un año más tarde llegaba al Lago de Maracaibo una expedición al mando del alemán Ambrosio Alfinger, compuesta por setenta hombres, mujeres, niños y enfermos. Buscaron un sitio estratégico para resguardar los navíos y establecer el campamento en las proximidades de una salina. Los nuevos pobladores se sustentaron con los productos adquiridos en el intercambio con las poblaciones del sur del Lago y de Coro, si bien los cronistas señalan también que sembraron granados, parras y otros árboles de Castilla.

Historiadores venezolanos suponen que el asentamiento de Alfinger podría estar en “las inmediaciones de la “Salina Pobre” de Maracaibo –Saladillo actual- cerca de la elevación sobre la que se construyó el Templo de Cristo de Aranza”, al tratarse de un emplazamiento fresco y protegido, a la vez que favorecía la vigilancia del Lago y era de fácil acceso a las embarcaciones[12].

En el nuevo asentamiento se nombraron autoridades administrativas y militares. Los intentos de Alfinger de querer esclavizar a los indios, derivó en problemas con la población indígena que se tradujo en falta de abastecimiento para los colonizadores.

Por Europa se difundió la idea de que el gobierno de Alfinger y sus sucesores era contraria a los naturales y a los intereses de la propia Corona. Los españoles temían que el Lago, salida natural de los Andes y Pamplona, quedara en manos alemanas. Los cronistas hispanos señalan los desaciertos de Alfinger: “Fue provincia muy poblada de indios hasta que los Welser entraron en ella, y la despoblaron con los esclavos que sacaron y con otros daños que les hicieron[13]. José Oviedo y Baños critica la destrucción del territorio y el fracaso en la fundación de poblaciones: “…con los vergantines dio la buelta descubriendo, y talando quanto encerraba la Laguna en su contorno, sin hazer assiento en parte alguna, de cuyo errado dictamen (seguido tambien despues de los demás Alemanes, que le sucedieron en el Govierno) resultó su perdicion, y la ruina total de esta Provincia; pues conociendo sus Soldados que no llevaban intencion de poblar en nada de lo que conquistassen, y que assi no tenian que esperar por fruto de sus trabajos, ni los repartimientos de encomiendas para la conveniencia, ni las posesiones de tierras para el descanso, pues solo avian de tener de utilidad lo que cogiessen de encuentro: sin que los detuviesse la piedad, ni los atajasse la compasión, como furias desatadas, talaron, y destruyeron amenísimas Provincias, y deleytosos Paises…[14].

Combate entre nativos y españoles (Theodor de Bry (1528-1598).

Las tensiones entre colonizadores y nativos, llevó a la retirada oficial alemana en 1535. No obstante, siguieron haciéndose incursiones. En 1541 doscientos indios fueron sometidos como esclavos, marcados y remitidos a Coro, al tiempo que se realizaron violentas ofensivas contra las poblaciones que controlaban la entrada del lago; todo lo cual llevó al despoblamiento de Maracaibo.

No obstante, sí parece que el asentamiento sirvió de plataforma logística para las incursiones en la región y que permitió cierta estabilidad de vivienda para la población europea al relacionarse y mezclarse con parte de la población nativa. De ese modo, se iniciaría un “proceso de mestizaje y de sincretismo cultural que dio origen a la sociedad mestiza criolla de la Maracaibo del siglo XVI”[15].

5. La fundación de Nueva Ciudad Rodrigo (1569-1573)

 

En 1569, Alonso Pacheco Maldonado, con los poderes del gobernador de la provincia de Venezuela, Pedro Ponce de León, llevó a cabo una nueva fundación en la Laguna de Maracaibo, a la que bautizó con el nombre de Ciudad Rodrigo, su ciudad de origen, según refieren Rodrigo de Argüelles y Gaspar de Párraga en su informe de 1579:

“Llámose Ciudad Rodrigo en tiempo que el capitán Alonso Pacheco la tuvo poblada hasta que la despobló, por respecto que el dicho capitán era natural de Ciudad Rodrigo”[16].

Era Alonso Pacheco, vecino de la ciudad de Trujillo (Venezuela) desde el año 1568, donde desempeñó determinados cargos, entre ellos Teniente de Gobernador, Justicia Mayor y Regidor perpetuo, título concedido por la Real Audiencia de Santo Domingo[17]. Ese año comenzó a armar los bergantines que fabricó en Moporo y a correr la laguna de Maracaibo. El objetivo de esta nueva empresa, impulsada desde Trujillo[18], era establecer una ruta entre la ciudad de Pamplona[19], en el reino de Nueva Granada, y el Caribe, a través de la cuenca del río Zulia y el Lago.

Pacheco llegó acompañado de 50 hombres, pero el proyecto fracasó por el enfrentamiento con la población indígena y la imposibilidad de restablecer la vía fluvial entre Pamplona y el Caribe[20], a pesar de tener aseguradas las provisiones por los asentamientos españoles en los Andes e inmediaciones de Falcón y Lara. El gobernador Diego Mazariegos daba cuenta en 1573 de las causas del despoblamiento de la ciudad:

… los españoles que quedaron ser pocos y estaban a mucho riesgo, porque al mismo pueblo dellos acometieron y pusieron casi en necesidad de perderse y en efecto por ser aquella tierra de pobre mantenimientos y de poca población de naturales, no se pudo ni podía sustentar, porque queriéndose favorecer de los naturales para correr la laguna, aunque no son muchos, han procurado trastornar las canoas y ahogar los cristianos que llevaban en ellas, como lo han hecho a lo más que han muerto y porque no era posible darles socorro de gentes ni de mantenimientos por estar la laguna muy apartada de otros pueblos”. 

En la nueva Ciudad Rodrigo se constituyó el primer Cabildo de Maracaibo, con lo que se legitimaba el asentamiento y su condición de ciudad. El cabildo lo componían dos alcaldes, tres regidores y un escribano[21]. Allí, Pacheco otorgó indios de las comunidades del sur del Lago en régimen de encomienda y, ante la resistencia de los indios quiriquires, solicitó a la Corona apoyo para introducir esclavos negros para la boga de los ríos Catacumbo y Zulia[22]. Pacheco llegó a enviar treinta esclavos con destino a Ciudad Rodrigo, pero estos se sublevaron en el trayecto y huyeron a la península de la Guajira.

No existe constancia fehaciente de la ubicación exacta de la Nueva Ciudad Rodrigo, aunque historiadores venezolanos suponen que los solares y casas podrían haberse construido cerca del asentamiento de Alfinger, concretamente en la actual Parroquia de Santa Lucía, sobre una duna de unos 12 a 15 metros sobre el nivel del mar o en otras dunas más al norte, en el sector de Cotorrera[23].

El fracaso de la fundación de Alonso Pacheco parece que pudiera encontrarse en no poder garantizarse el sustento de la población española, al no asegurar los abastecimientos de los Andes en manos de los indios contratados, así como en los enfrentamientos con la población indígena. Diego de Mazariegos, gobernador de la Provincia de Venezuela, refiere en 1573:

… y en cuanto a estar poblada la Laguna de Maracaibo, conviene que lo esté al servicio de Dios y de su Majestad porque los indios de aquella provincia nunca han sido domesticados ni seguros y otra vez, habrá veinticinco años, que estuvo poblada, por el daño y muerte que los españoles recibían de los dichos indios, se despobló y al presente hacen los indios lo mismo matan… a los cristianos y esto es muy de ordinario, por todo lo cual es mi parecer que su Majestad permita y mande que aquella no se pueble porque sobre todo aunque estuviese poblada no se puede sacar de ella ningún provecho ni interés porque los naturales de aquella provincia son gente muy pobre que no se sustentan, sino es de mariscos; duermen todos en la ciénaga y sobre el agua en unos palos que arman a manera de lechos, no hay en la dicha provincia ningún género de metal ni algodón”.[24] 

Pacheco escribió al Rey dándole cuenta de su empresa y, en particular, de la dificultad de establecer la ruta entre la Laguna de Maracaibo y la ciudad de Pamplona, en el Nuevo Reino de Granada[25]. Por ello, la Corona expidió una Real Cédula el 26 de mayo de 1571, mandando al presidente y oidores de la Audiencia real de la ciudad de Santo Domingo de la isla de La Española, que favorecieren “el descubrimiento del dicho camino en lo que conviniere y fuere necesario sin agravio de los yndios naturales[26].

Los contratiempos producidos como consecuencia de la disminución del número de pobladores (de los 50 iniciales se había pasado a 30), los problemas de abastecimiento y los enfrentamientos con la población indígena, así como los informes desfavorables a la población de Maracaibo presentados ante el Gobernador Mazariegos, llevaron a Alonso Pacheco a tomar la decisión de despoblar Nueva Ciudad Rodrigo a finales de 1573[27].

No obstante, la empresa estaba iniciada y sólo un año más tarde el gobernador Mazariegos decidió la repoblación del lugar. De ahí, concluye el historiador Nectario María que “Alonso Pacheco es, pues, el verdadero fundador de Maracaibo”[28].

6. Fundación de Nueva Zamora “de Maracaibo” (1574)

Tras el abandono de Nueva Ciudad Rodrigo por parte de Alonso Pacheco y sus gentes, al año siguiente fue comisionado para repoblarla al zamorano Pedro Maldonado. Este, que había formado parte de la expedición de Pacheco[29], hizo una llamada a los sobrevivientes de Nueva Ciudad Rodrigo, refundó la población con el nombre Nueva Zamora, en la que entraron 35 hombres y repartió la tierra entre 37 vecinos, respetando las encomiendas de Pacheco[30].

La ciudad se ubicó esta vez en la bahía de Maracaibo, en una zona donde la costa era uniforme y tenía características de puerto natural. Maldonado escogió para su asentamiento la desembocadura de la cañada del Calvario, en el centro de la bahía, buscando así la protección y el abrigo a las embarcaciones, al oeste del promontorio de punta Arrieta (puerto el Piojo).

Sus pobladores criaban ganado vacuno, ovino y caprino y cazaban “venado, puerco de monte y diversas especies de aves”[31]. Singular importancia tenía la actividad comercial, pues los navíos tomaban puerto en la ciudad y desde allí iban a San Antonio de Gibraltar. No obstante, hacia 1581 la población indígena no se había integrado: “es pueblo nuevo y los indios no sirven hasta ahora, y por esta causa no se les puede poner doctrina. Los españoles tienen allí de continuo un cura”[32]. A principios del siglo XVII, el gobernador Diego Villanueva y Gibaja informaba que Nueva Zamora tenía 60 vecinos, “de los que 20 son encomenderos, tienen encomendados 300 indios. Están poblados en alguna parte de la costa desde 5 hasta 20 leguas de distancia. Ocupándolos sus encomenderos en sementeras de maíz, pesquerías, hatos de ganado vacuno y de cabras, que es el principal trato de los vecinos, y en tenerías de cordobanes y en hacer esteras, y en las dos salinas que hay a una legua del dicho lugar. La que llaman la Rica, y la otra, la Pobre[33].

Los historiadores presumen que la Nueva Zamora estuvo ubicada en el actual casco central de Maracaibo y que se consolidaría hacia las inmediaciones de la actual Plaza Bolívar, en cuyos alrededores se establecerían las sedes de la administración del gobierno (alcaldes, gobernador, administrador de aduana, militares, escribanos, veedores, oidores), edificaciones religiosas y las dedicadas al servicio del puerto[34].

La Descripción de Arguelles y Párraga, realizada en 1579, informaba que: “por ser esta ciudad nuevamente poblada no hay más que una iglesia”, y que “son las casas de esta ciudad de paja y enea, porque la tierra es nueva y há poco que se pobló y no se ha podido hacer más edificios: hay para poderse edificar mucha madera y piedra de cal y yeso y tierra para hacer teja y ladrillo”. La iglesia debió estar ubicada en el ángulo noroeste de la Plaza, donde actualmente está la catedral de Maracaibo[35].

Palacio de Gobierno (Maracaibo).

El Cabildo a comienzos de 1606 estaba constituido por un Teniente de Gobernador, alcaldes ordinarios, alférez mayor, teniente de contador, teniente de tesorero y regidores. Las relaciones con los indígenas no fueron pacíficas, por lo que Nueva Zamora corrió el riesgo de despoblarse, según informaba el procurador Fernández Carrasqueño en 1606, ante el alzamiento de los nativos, que quemaron las embarcaciones, las casas de estancias, cometieron asesinatos e incendios y talaron las sementeras.[36] En ayuda de la ciudad acudió al año siguiente Juan Pacheco Maldonado, hijo de Alonso Pacheco, quien se hizo cargo del gobierno y logró someter a los nativos, activándose el desarrollo comercial con las regiones vecinas: La Grita, Pamplona, Mérida y Cartagena. Hacia 1607, los vecinos de Nueva Zamora alcanzaban el número de 60, de los cuales 20 eran encomenderos, que disponían de 300 indios encomendados, que cultivaban maíz, apacentaban los rebaños, practicaban la pesca y trabajaban en las salinas.

Con la construcción de varios edificios: la iglesia principal (actual catedral), el Hospital (1607), el Cabildo (1612), el convento de San Francisco (1615), el poblamiento se fue consolidando, al tiempo que el puerto de Maracaibo se convertía en el principal de la región[37].

Calle Carabobo (Maracaibo).

7. San Sebastián, patrono de Maracaibo

Los marabinos tienen por patrono de su ciudad a San Sebastián. No se conoce con exactitud el origen del culto al santo en la laguna, aunque según la tradición local, Alonso Pacheco habría escogido a San Sebastián para que los pobladores de Nueva Ciudad Rodrigo fueran protegidos de las flechas envenenadas de los nativos, de las pestes y enfermedades[38].

Por otro lado, la devoción al santo militar no debía ser ajena al fundador, pues esta estaba bastante arraigada en la ciudad del Águeda, donde había una iglesia bajo su advocación en la Baja Edad Media[39]. Es probable que esta iglesia sea la ermita de la que habla Sánchez Cabañas y que estuvo próxima al actual Hospicio[40]; además, el santo contaba con una cofradía[41]. La festividad de San Sebastián era una de las fiestas de guardar en el obispado, según recogía el sínodo de Martín de Salvatierra de 1592[42].

Monumento a San Sebastián (Maracaibo).

 

8. Nueva Ciudad Rodrigo y Nueva Zamora en las Elegías de Juan de Castellanos

El poeta, cronista y sacerdote español, Juan de Castellanos (1522-1607) se hizo eco de la empresa colonizadora del Nuevo Reino de Granada en su obra Elegías de varones ilustres de Indias (1522-1607). Las Elegías de Castellanos, un auténtico poema épico, se hacen eco, entre otros aspectos, de la fundación de ciudades. Entre estas, se refiere a los esfuerzos de las fundaciones de Maracaibo, en concreto a las de Alonso Pacheco y Pedro Maldonado:

 

         Un Pacheco que fue varón notable,            

Fundó ciudad de gente castellana

En parte bien dispuesta y agradable

I al dicho Maracaibo muy cercana;

Mas esta población ni fue durable

Aunque siempre duró la buena gana;

Pero como halló gran resistencia

Convino del lugar a hacer abssencia.

Salió del compaz de Venezuela

I se fue con breve copia de cristianos

A hablar en el Cabo de La Vela

Al Mariscal Miguel de Castellanos

Para con su favor y su tutela

Volver luego las armas a las manos;

Mas como la ganancia fallecía,

No concluyó con lo que quería.

Volvióse donde estaba Mazariego

Ya de su poblado desconfiado

El cual gobernador mediante ruego

Hizo volver a Pedro Maldonado,

Quien con valor insigne pobló luego

El pueblo por Pacheco despoblado;

Por nombre le dio Nueva Zamora

Con el cual permanece hasta agora[43].

El poeta y cronista Juan de Castellanos

 

                       

Apéndice documental

 

[4 de agosto de 1569].

El cabildo de Ciudad Rodrigo de Maracaibo solicita se de ayuda al capitán Alonso Pacheco[44].

 

Poderoso señor:

Justicia y Regimiento de la Nueva Ciudad Rodrigo de la provincia de Maracaibo, hacemos saber a vuestra Alteza cómo por mandato de vuestro gobernador don Pedro Ponce de León, de esta gobernación de Venezuela, salió el capitán Alonso Pacheco en descubrimiento y a poblar las provincias de Maracaibo; y después de muchas veces de se haber perdido en un río abajo por donde salió, fue Dios servido que con hartos trabajos pasó de la otra banda de la laguna y tomó posesión de la tierra y asiendo desta nueva Ciudad Rodrigo; y ansí él y los que con él estamos esperamos en Dios, en servicio de vuestra alteza, poblar y pacificar esta tierra y descubrir el trato y navegación del nuevo Reino de Granada, cosa muy perteneciente a muchas partes y provincias, destas Indias; y hemos tenido por noticia que el dicho vuestro gobernador estaba muy al cabo de cierta enfermedad, y podría ser Dios servido de haberle llevado; y temémonos que las justicias de la dicha gobernación de Venezuela, o el gobernador que viniere, no nos dará el favor que para una empresa como ésta tenemos necesidad; y podría querer proveer persona de su mano, de lo cual a la dicha conquista podría redundar gran daño.

Suplicamos a vuestra alteza sea servido mandar que pues el dicho capitán Alonso Pacheco y nosotros, a nuestra costa, hemos hecho esta jornada y descubrimiento, nos enviase nuevo gobernador, viniere persona ni cédula que al dicho capitán Alonso Pacheco impida su pacificación y descubrimiento que tiene comenzado; y mande que en toda la dicha gobernación se le dé el favor y ayuda que fuere menester o como en esto la merced de vuestra Alteza fuere. Que su muy poderosa persona Dios nuestro Señor prospere y guarde con gran acrecentamiento de Reino.

Desta provincia de Maracaibo, cuatro días del mes de agosto de mil y quinientos sesenta y nueve años.

Muy poderoso señor, besamos pies y manos de vuestra alteza, sus obedientes vasallos:

 

Juan Morón.    Francisco Camacho.   Simón de Alfaro

Diego Robles.             Pedro Maldonado.

 

Por mandado de los muy magníficos alcaldes y regidores, Alonso Blázquez, escribano.

 


* Centro de Estudios Mirobrigenses. Junio de 2011.

[1] Diego Centeno, natural de Ciudad Rodrigo, participó en la conquista del Perú y en las guerras civiles que se sucedieron en aquel virreinato.A. SÁNCHEZ CABAÑAS: Historia civitatense. Salamanca 2001, pp. 300-301. D. NOGALES DELICADO: Historia de Ciudad Rodrigo, Madrid 1982.p. 96. M. HERNANDEZ VEGAS: Ciudad Rodrigo. La catedral y la ciudad. Salamanca 1935. Tomo II, pp. 147 a 151.

[2] F. SIERRO MALMIERCA: Los mirobrigenses y otros salmantinos en la conquista de Méjico. Ciudad Rodrigo 1989.

[3] J. SÁNCHEZ TERÁN le dedicó dos de sus “Fichas mirobrigenses”, concretamente las publicadas el 10 y el 17 de abril de 1960 en el semanario La Voz de Miróbriga, bajo el título: “Sabía usted… qué población americana llevó el nombre de “Nueva Ciudad Rodrigo”?

[5] Fr. PEDRO SIMÓN: Noticias Historiales de Venezuela, T. I. Caracas 1963, p. 104.

[6] G. FERNÁNDEZ DE OVIEDO Y VALDÉS. “Historia general y natural de las indias, islas y Tierra Firme del Mar océano”. En: Venezuela en los Cronistas Generales de Indias, tomo I, p. 233.

[7] Juan Pérez de Tolosa “Relación de Tierras y Providencias de la Gobernación de Venezuela.

Año 1546”. En: A. ARELLANO MORENO. Relaciones geográficas de Venezuela. Caracas 1964. Fuentes para el estudio de la Historial Colonial de Venezuela. Academia Nacional de la Historia. Tomo 50, pp. 6 y 7. Pérez de Tolosa, fue comisionado en 1546 para hacer los informes sobre los abusos cometidos por Alfínger.

[8] A. URDANETA QUINTERO; I. PARRA GRAZZINA y G. CARDOZO GALUE: “Los orígenes de Maracaibo y el dominio del Lago: diversidad social y mestizaje”. Universidad de Los Andes. Procesos Históricos. Revista Semestral de Historia, Arte y Ciencias Sociales. Número 10. Julio 2006. p. 11 y ss. Mérida-Venezuela.

[9] A. URDANETA QUINTERO; I. PARRA GRAZZINA y G. CARDOZO GALUE: Op. cit. p. 17. y ss.

[10] Las capitulaciones anteriores (Ojeda, 1501; Caballero, 1525 y Fernández Enciso, 1526) confirman los objetivos de buscar una ruta a las Indias.

[11] M. BALLESTEROS GABROIS: Historia de América. Oviedo 1990, p. 255.

[12] A. URDANETA QUINTERO; I. PARRA GRAZZINA y G. CARDOZO GALUE: Op. cit. p. 26.  Ethel Rodríguez, Maruja Machado y Nora suponen que, además del Cristo de Aranza, el emplazamiento de Alfinger pudo localizarse en el núcleo de San Juan de Dios, según citan N. PETIT, E. PINEDA y E. QUIJANO: “La Maracaibo hispana. Fundación y expansión de una ciudad-puerto. Venezuela, siglos XVI-XVIII”. Procesos Históricos, año 6, Nº 12. Segundo Semestre 2007, pp.197-219.

[13] “Descripción de la Laguna de Maracaibo”, hecha por Rodrigo de Argüelles y Gaspar de Párraga (1579). Archivo Histórico Nacional. Diversos-Colecciones, 45, nº 15.

[14] J. OVIEDO Y BAÑOS: Historia de la conquista y población de la Provincia de Venezuela. Madrid 1723, pág. 16.

[15] A. URDANETA QUINTERO; I. PARRA GRAZZINA y G. CARDOZO GALUE: Op. cit. p. 28.

[16] Descripción de la Laguna de Maracaibo, hecha por Rodrigo de Argüelles y Gaspar de Párraga (1579). Archivo Histórico Nacional. Diversos-Colecciones, 45, nº 15, fol 4 r.

[17] Sobre la figura de Alonso Pacheco y la fundación de Ciudad Rodrigo, véase la obra de Nectario MARÍA: Los orígenes de Maracaibo. Madrid 1977, pp.  263-340. Supone el historiador que Pacheco había llegado al oriente de Venezuela por el año 1547-1548. y que en 1559 fijó su residencia en Trujillo (p. 336).

[18] Fundada por Diego García de Paredes en 1556 y, definitivamente, por Francisco de la Bastida en 1578. Diccionario temático abreviado iberoamericano. Sevilla 1989, p. 749.

[19] Ciudad de Colombia (departamento de Norte de Santander), fundada en 1549 por Pedro de Ursúa y Ortún de Velasco. Diccionario temático abreviado iberoamericano. Sevilla 1989, p. 557.

[20] A. URDANETA QUINTERO; I. PARRA GRAZZINA y G. CARDOZO GALUE: Op. cit. p. 29.

[21] La composición del Cabildo en N. MARÍA: Los orígenes de Maracaibo, p. 309.

[22] A. URDANETA QUINTERO; I. PARRA GRAZZINA y G. CARDOZO GALUE: Op. cit. p. 31 y N. MARÍA, Op. cit. p. 319.

[23] A. URDANETA QUINTERO; I. PARRA GRAZZINA y G. CARDOZO GALUE: Op. cit. p. 32 y N. PETIT, E. PINEDA y E. QUIJANO: Op. cit. p. 201.C. MEDINA CHIRINOS es de la opinión que Alonso Pacheco fundó a Ciudad Rodrigo en la meseta de El Milagro, próximo al Cerro Cotorrera. Fundaciones de las ciudades de Maracaibo, Ciudad Rodrigo y Nueva Zamora. Maracaibo 1931, pp. 31-35. Las fundaciones de Maracaibo generaron ciertas controversias en los años veinte del pasado siglo, como puede verse en la obra citada de Medina Chirinos, quien responde a las asevereaciones del historiador y político venezolano Mario BRICEÑO- IRAGORRY vertidas en el artículo “La fundación de Maracaibo”. Extracto del número 95 de “Cultura Venezolana”. Caracas 1929, pp. 3-17.

[24] N. MARÍA, Op. cit. p. 325.

 

[25] Véase la carta reproducida en N. MARÍA, Op. cit. pp. 318-320.

[26] Descubrimiento del camino desde la laguna de Maracaibo. Archivo Histórico Nacional. Diversos-Colecciones, 45, nº 14.

[27] De ello dio cuenta el Gobernador Diego Mazariegos al Rey en una carta fechada en el Tocuyo (Venezuela) el 20 de diciembre de 1573. Reproduce la misiva N. MARÍA, Op. cit., pp. 327-328.

[28] N. MARÍA, Op. cit. p. 329.

[29] Maldonado formó parte como regidor del primer Cabildo de Nueva Ciudad Rodrigo. N. MARÍA, Op. cit. p. 309.

[30] El nuevo nombre de la ciudad se debe a que el gobernador Diego de Mazariegos era natural de la ciudad de Zamora, según el informe: “Descripción de la Laguna de Maracaibo”, hecha por Rodrigo de Argüelles y Gaspar de Párraga (1579). Archivo Histórico Nacional. Diversos-Colecciones, 45, nº 15.

[31] “Descripción de la Laguna de Maracaibo”, hecha por Rodrigo de Argüelles y Gaspar de Párraga (1579). Archivo Histórico Nacional. Diversos-Colecciones, 45, nº 15.

[32] “Relación de la Provincia de Venezuela hecha por el obispo de Coro. Año 1581”. En: A. ARELLANO MORENO. Op. cit., p. 227.

[33] “Relación geográfica hecha por Diego Villanueva y Gibaja, de la gobernación de Venezuela,

los corregimientos de La Grita y de Tunja, y la gobernación de los Mussos. Año de (1607)”. En:

A. ARELLANO MORENO. Op. cit., p. 293.

[34] A. URDANETA QUINTERO; I. PARRA GRAZZINA y G. CARDOZO GALUE: Op. cit. p. 35.

[35] N. PETIT, E. PINEDA y E. QUIJANO: Op. cit. p. 203.

[36] N. PETIT, E. PINEDA y E. QUIJANO: Op. cit. p. 204.

[37] N. PETIT, E. PINEDA y E. QUIJANO: Op. cit. p. 205.

[39] El templo aparece citado en el Becerro de la Catedral de 1389. Agradezco la información a Mª Paz Salazar y Acha.

[40] A. SÁNCHEZ CABAÑAS: Historia civitatense. Edición de Ángel Barrios García e Iñaki Martín Viso. Salamanca 2001, pág. 161.

[41] J. I. MARTÍN BENITO: “La Iglesia de Ciudad Rodrigo”. En T. EGIDO (coord.): Historia de las Diócesis Españolas: Avila, Salamanca, Ciudad Rodrigo. Madrid 2005, pág. 398. El culto a San Sebastián estuvo también muy arraigado en las diócesis de Ciudad Rodrigo. Véase J. I. MARTIN BENITO, Op. cit., pág. 462.

[42] Constituciones synodales de Ciudad Rodrigo con algunos decretos del Santo Concilio de Trento y Motus proprios de los summos pontifices, hechas y ordenadas por don Martín de Salvatierra, obispo del dicho obispado, del Consejo Real del Rey nuestro señor, en 19 de abril de 1592. Lib. II. Título 9, p. 104. Salamanca 1595

[43] J. DE CASTELLANOS: Elegías de varones ilustres de Indias. Parte II, Elegía III, Canto IV. Biblioteca de Autores Españoles, Madrid 1857, p. 247.

[44] Transcripción de Nectario MARÍA: Los orígenes de Maracaibo. Madrid 1977, pp. 311-316.

Comments are closed.