Represaliados en tierra extraña. Croniquilla y necrologio de Puerto Seguro
Ángel Iglesias Ovejero
A primera vista la represión franquista no ha dejado huellas muy perceptibles en la tradición local de Puerto Seguro. Aparte del tabú general, quizá ello se deba a que su población, por la configuración geográfica del municipio, apartado y poco apto para la explotación agrícola, siempre ha estado abocada a la emigración y ello ha dispersado algunos motivos de la memoria colectiva. Pero, por la misma razón, el cierre del mercado exterior del trabajo en Europa y América, cuyos efectos se manifestaron en España durante la República, con la vuelta de las familias emigrantes, quizá tendría que ver con la reclamación de un mejor reparto o aprovechamiento de los terrenos comunales, que, se mencionan en la información local como elementos determinantes de una situación algo conflictiva antes de la guerra civil.
En la misma represión se refleja aquella tendencia migratoria, pues las víctimas mortales, el padre y dos hijos de una misma familia, eran vecinos de Salamanca, y una víctima mortal indirecta, un presumible ex soldado republicano, falleció en el campo de concentración de Mauthausen (Austria). A nivel local, si no se recuerdan ejecuciones extrajudiciales en el término, sí se documenta un buen servicio de orden e información en favor de los sublevados militares. La Guardia Cívica, de la que formaban parte el alcalde, el secretario y el médico, contaba con unos efectivos de 17 individuos, relativamente bien equipados con armas de fuego. Pero en la localidad solo se registra tardíamente una víctima mortal y un herido, ambos menores, a causa del descontrol de las armas de fuego por los responsables militares.
La represión de Puerto Seguro ofrece una buena ilustración de una característica general como es el extrañamiento de las víctimas que, no sólo resultan afectadas por el exilio, sino por otras circunstancias del contexto bélico. La guerra dejó descolocados a los miembros de las familias, fragmentadas entre la zona “nacional” y la republicana, y, al término del conflicto bélico, algunos ex soldados republicanos, sufrieron la privación de libertad en los campos de concentración franceses y la deportación en los territorios controlados por la Alemania nazi en Francia, Austria y la propia Alemania. Al parecer, algunos lectores y corresponsales del periódico “más leído” y peor informado de la Provincia no ven la relación entre estas últimas víctimas, producidas por los aliados de “los nacionales”, y los efectos de la guerra, en que se sustentaba la dictadura del general Franco, que devolvió la moneda a sus mejores valedores exteriores con el envío de “la División Azul”.
Así pues, el necrologio de Puerto Seguro, que para que no coincida con la descripción de la saca masiva de El Bodón, se ha dejado para el día de hoy, incluye cuatro víctimas mortales, una de ellas “indirecta”. La información emana sobre todo de Luis Froufe, que en el nº 177 de la revista local Peña Rota (ofrecida por Agustina Hernández) señala el hallazgo del acta de defunción de su padre, sacado el día 11 de septiembre de 1936 en Ferrol (Coruña). También ha ofrecido algunos retazos sobre la confusa ejecución de uno de sus hermanos (ASMJ), mientras que la del otro está bien documentada por la información procesal, pues fue sumariado dos veces.
Hipólito Jesús Froufe Espinazo, de 58 años, hijo de Agustín y Agustina, empresario, casado con Isabel Carlos, con quien tenía 10 hijos. El 11 de septiembre de 1936 fue víctima de una saca carcelaria en Ferrol, siendo enterrado en una fosa común del cementerio de “Canido”. Según el testimonio de su hijo Luis, único superviviente de la numerosa fratría, “cumplía injusta condena” (quizá por la acusación de participación en los sucios negocios del contrabandista Diamantino Hernández, que introducía billetes falsos del Banco de España [C.2133/37: f. 158] en el penal de El Dueso -Santoña, Santander-) cuando se produjo la sublevación militar. Su familia perdió poco después el contacto con Hipólito. Después le llegaron noticias de que se había embarcado en Santander, con otras 200 personas, en el mercante “Genoveva Fierro”, cuyo destino debía ser Valencia, pero el barco fue interceptado por el destructor “Velasco” y llevado a Ferrol. Hipólito Froufe, considerado peligroso para los sublevados, fue sacado con otras cuatro personas, con las que fue enterrado en el citado cementerio, hoy desaparecido y en cuyo emplazamiento se ubica el Instituto de Enseñanza Media. Los restos de Hipólito se depositaron en la cripta de la iglesia aledaña de San Rosendo (L. Froufe, Peña Rota, 2013, nº 177: 10).
Agustín Froufe Carlos, de 22 años, hijo de Hipólito Jesús e Isabel, vecino de Salamanca, abogado, secretario de las Juventudes Marxistas Unificadas, soltero, ejecutado por sentencia de consejo de guerra (20/06/37). Fue procesado dos veces y en ambas condenado a muerte, obviamente conmutada su pena capital la primera vez por el Presidente de la Junta de Defensa Nacional (24/08/36). Los hechos de “excitación a la rebelión” de que fue acusado se produjeron el 19 de julio de 1936 y fue detenido el día 21 del mismo mes, para ser juzgado con otros dos vecinos salmantinos (J.sum.334/36). El consejo de guerra se reunió el 16 de agosto siguiente, siendo condenados sus compañeros a 30 años de prisión. El otro sumarísimo afectó a otros 12 compañeros, “por rebelión” (C.333/36). Sus actuaciones habían comenzado antes, el 24 de julio de 1936, quizá para Agustín un poco después. El consejo de guerra (31/03/37) lo condenó de nuevo a la pena de muerte, con algunos otros, y esta vez fue ejecutado el 20 de junio de 1937. Matices tendenciosos aparte, Agustín Froufe fue juzgado y condenado dos veces por los mismos hechos.
Jesús Reyes Froufe Carlos, de 21 años, hermano del anterior y también vecino de Salamanca, estudiante de bachillerato, soltero, fue fusilado en prisión, quizá en Pueblo Nuevo (Córdoba). Según el testimonio de su hermano Luis (ASMJ), fue movilizado y enviado al frente de Córdoba, a sus 18 años. Desertó al enterarse de la ejecución de su hermano, pasándose a la zona republicana. Fue detenido en Madrid y enviado a Peñarroya, donde se fugó al monte. Detenido de nuevo y llevado a la cárcel, fue fusilado en ella. La fuga de Jesús al monte, con otros, probablemente tiene que ver con las guerrillas antifranquistas (maquis).
Según el testimonio familiar, Jesús Reyes Froufe tuvo otro hermano también en el ejército franquista, que igualmente fue desertor. Posteriormente fue detenido, procesado y condenado a 30 años de cárcel (no se ha tenido acceso a la causa). Fue sin duda uno de los otros miembros de la fratría (quizá Aníbal) que debieron pasar por la prisión: Adela, Aníbal, Juan Manuel, Luis y María.
El necrologio de Puerto Seguro, de momento, se completa con dos víctimas mortales indirectas:
Luis Martín, menor, muerto por “explosión de un artefacto”, que también hirió a otro menor, Modesto Manzano (P.prev.4913/39).
Amadeo Fernández Mayo, fallecido en el campo de concentración de Mauthausen (18/01/42), sin otros datos (MCU).
Habida cuenta de las otras formas de represión, el total provisional de naturales y vecinos de Puerto Seguro se eleva a 12 afectados:
- Víctimas mortales: 5 (dos indirectas)
- Víctimas carcelarias: 6
- Sancionados: 1
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